De Rayos Negros

Compartimos un avance del nuevo libro de poesía de Alberto Cisnero, «De rayos negros», editado por Barnacle. Acompañado, para la publicación en Revista Colofón por una ilustración de Tano Rios Coronelli.

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1-

por todas partes crecen flores y matas.

desprovistas de un propósito aleve

requieren de la oscuridad, cobran forma

entre el olor a humareda del carbón

y las noticias viejas repetidas: violencia

policíaca, subsidios de desempleo (literario).

y se parecen tanto a la música que solían tocar

en los burdeles durante noches todavía

artificialmente iluminadas en algún recoveco

de nuestros cerebros. sólo otro ruido

distante y ajeno que el viento trae

y se lleva para siempre.

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2-

una valija de cartón, una caja de madera,

un libro con destino a parientes, amigos

y allegados, son demasiado pequeños

para guardar nada, para intentar ser cristiano

sin practicar la fe. quizá fuese el viento,

las flores que se inclinaban en el jarrón

mientras pegaba el sello del correo.

te deseo la mejor suerte del mundo,

pensó. como quien espera una voz

familiar al otro lado del hilo.

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3-

estamos lejos de casa. pero acá nadie habla

de lo que cada quien necesita (un traje negro

para la tumba, agua en verano, fuego en invierno).

era de noche cuando el tren salió de la estación.

y sentimos un repentino amor. llano, simple,

faltante. no había ninguna prisa y ninguno habría

de regresar. y tal vez sólo era de noche

y estábamos perdidos para el mundo.

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4-

cuánto tiempo resiste una palabra. hay cosas

que no haríamos por amor ni por dinero

y que no tendrían existencia fuera de las páginas

de un libro. hay versos que quisiéramos repetir

en una noche cualquiera, cuando la luna no ciñe,

no precisa, y sólo nos restituye su desgastado frío.

vente y reposa, decimos. dónde estará nuestra vida.

una palabra es la mejor equivocación

de una palabra.

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5-

al salir se detuvo en el andén para mirar

atrás. cuando llegó al vagón, levantó su mano.

dio media vuelta, movió apenas el brazo

a modo de adiós. se aferró al estribo y subió

sin mirar sobre su hombro. o atravesó la puerta,

como quien no ha visto nunca a nadie. pareció

que iba a decir algo. otro gesto fugaz. tal vez

masculló: el día vendrá, bien lo sé. no se oyó

pronunciar un nombre.

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6-

sólo nos pasábamos una limeta. calentábamos

los gargueros. no había otros síntomas. todavía

no preguntábamos si teníamos puestos los anteojos

mientras nos abrazábamos a nosotros mismos

como enfermos mentales. y estábamos listos

para el resto de nuestras vidas. el sonido del río

corriendo en la oscuridad regresa al mundo,

teje su desventura, vaga por el mundo

como vos y como yo.

Escribe Alberto Cisnero

Alberto Cisnero (1975, La Matanza) Publicó : El límite de la materia (Ediciones Ruinas Circulares, 2012 y Barnacle, 2015), Tagsales (Encausto,2013), Adiós y hasta pronto ( Dio Fetente, 2013), El movimiento obrero granizado (Barnacle, 2014),Robé un auto para trasladarme a las soledades vivientes (Barnacle, 2015), Drugstore (Barnacle, 2015), Ajab (2016), Oquei, gracias (Barnacle, 2017) y Las casas (Barnacle, 2018).

Para continuar...

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