Alien [1978]: La criatura huérfana

Esta nota recorre las biografías de O’Bannon, Ridley Scott, H.R. Giger y se pregunta: ¿Quién es el padre de esa criatura llamada Alien? Ilustra Mariano Lucano.

Un concepto usa a un autor como medio. Lo dijo el viejo Borges, ciego como Homero, un Homero que quizás haya sido un conjunto de autores. Anónimo como quien escribió Las mil y una noches. Quizás el anónimo fue un pueblo, una tribu, un equipo, un colectivo artístico. Entre tanta gente entremezclada se comprende la necesidad de delimitar quien es quien y el entramado de redes sociales es la trampa, un mercado perfecto para una moneda inasible: el reconocimiento.

El valor solipsista de los occidentales se derruye; aparecen los parámetros económicos. Se consensúa la necesidad de tener alguna que otra autoría, alguna que otra autoridad sobre un mundo, aunque éste sea de ficción. Lo mismo sucede con las franquicias, las películas-franquicia. Las películas que posibilitan vender productos asociados. El proyecto está financiado y los dueños del mismo no son los autores. Ni siquiera son personas determinadas, sino corporaciones impersonales. Los millones de dólares configuran un problema que quizás sea más íntimo de lo que imaginamos.

Todo largometraje comienza con un guión, el guión es vendido a una productora, la productora entiende qué trabajo necesita el guión para comenzar el rodaje; contrata a un consultor y a tantos guionistas adicionales como sean necesarios. La historia empieza a tener forma definitiva cuando encuentra a su director. Su director, en este caso Ridley Scott, determina quién le dará los retoques finales al argumento. Toma otras cuantas decisiones sobre música, escenografía, plan de rodaje y efectos especiales. También decide quién se ocupará del arte conceptual. O sobre el trabajo de qué artista/s se basará el diseño visual de la película. Y todavía no llegamos al elenco, a quienes le pondrán su cuerpo a la historia. Diseños, direcciones e ideas también necesitan cuerpo.

O’ Bannon nació en St. louis, Missouri, estudió en la escuela de arte de la Universidad de Washington y alternó sus estudios con esporádicas apariciones en escenarios haciendo pequeños monólogos de stand-up. En algún momento escribe y dirige un corto de ciencia ficción llamado «El ataque del pollo de 50 pies». A esta altura ya cambió unas cinco veces de universidad. Detalles más, detalles menos, conoce a John Carpenter y escribe junto a él Dark Star. O’ Bannon decide abandonar su trabajo de oficina programando efectos especiales para la producción de la película Star Wars y dedicarse de lleno a escribir guiones de cine.

Al menos ésta era su intención. O’ Bannon realizó el corte final de Dark Star como montajista, luego supervisó efectos especiales para la adaptación de Dune de Alejandro Jodorowsky (película no finalizada) y, compartiendo cuarto con Ronald Shusett le dio puntapié inicial al guion de una película llamada Alien. Si bien O’ Bannon junto a Shusett le dieron forma al guion original, perderían control sobre su trabajo hasta el año en que se decide su producción: 1978. Año en el que O’ Bannon sería reincorporado al proyecto como guionista y supervisor de efectos especiales.

La evolución de la criatura conocida como Alien y su Universo comenzó en el guion. De 1976 a 1978, los diferentes guionistas que formaron parte del proyecto le incorporaron novedades. Ripley cambia de sexo, se vuelve mujer con el arribo de Ridley Scott al proyecto. Entretanto la batalla que libraban los guionistas con los productores consistía en definir si el Alien sería un arma creada por el gobierno o si se introduciría la idea de una civilización extraterrestre.

Los cambios en el guion se vuelven tan extremos que entra en constante estado de corrección. Día a día es re-escrito a la par del rodaje. El sentimiento era unánime: el guion se volvía cada vez más potente.  La copia final del guión se alcanza una vez que la mayor parte de la película ha sido filmada. Los detalles agregados son detalles a tener en cuenta para la edición.

Es el mismo O´Bannon en su rol de experto en efectos especiales quien sugiere a H.R. Giger en la etapa de pre-producción. Hijo de un farmacéutico, H.R. Giger pensaba de niño que sería un arquitecto de palacios y castillo. Terminaría creando texturas icónicas de un futuro distante.

A partir de la pubertad Giger empieza a coleccionar armas. A los diez años ya tenía armas como para que veinte personas pudieran ser parte de un ejército privado, abastecido solo por él. Pero a partir de los catorce, su despertar sexual interrumpe estos intereses. Un beso consume estas obsesiones, las funde en un nuevo centro nervioso llamado sexo y se entrega al onanismo propio de cualquier pragmático.

Su producción incrementa en múltiples direcciones. Para 1977, edita el libro Necronomicon I, y una imagen destaca por sobre las demás. Así lo sienten tanto O´Bannon como Ridley Scott.

La connotación sexual de la criatura se vería reducida a favor de lo extraño de una fisonomía orgánica y estilizada. La criatura, en la película, logra ser una continuidad bio-mecánica de la nave de la cual surge. Un diseño hecho piel y fibras de vaya a saber uno que composición misteriosa que permite contener sangre ácida.

La criatura que nos acecha desde el abismo interestelar es de color oscuro, el esqueleto pareciera estar del lado de afuera pero su piel es impenetrable. Babea a morir, es la manifestación máxima de (casi) todas las perversiones y, claro, mata.

Los ’90 a O’ Bannon lo reencuentran con su compañero de cuarto Shusett (con quien escribió Alien) para la adaptación de un cuento de Philip K. Dick que alcanzó la pantalla grande con el título Total Recall.

El 17 de diciembre de 2009, O’ Bannon muere víctima de una muy avanzada enfermedad de Crohn. La enfermedad lo acompañó toda su vida y su característica más importante consiste en inflamar y producir complicaciones gastrointestinales. O’ Bannon había comentado en varias oportunidades que la enfermedad inspiró la idea del Alien naciendo del pecho de una persona. Entre el onanismo de Giger y los problemas intestinales de O´Bannon germinó el ícono popular que por estas fechas retoma Ridley Scott para hablar del origen del ser humano como tal. Experimento estético de pretensiones insospechadas, los Aliens viven en un mundo demasiado extraño y demasiado cercano. Las perversiones se extendieron por todo ese universo particular, incluyendo predadores y clones a 400 años de distancia. En mi retina queda el amor maternal de una Ripley deshecha en congoja viendo como su criatura se deshace, succionada por el espacio exterior.

Escribe Lucas Iranzi

Lucas Iranzi es egresado de la ENERC, escribió y dirigió tanto cortos de ficción como documentales. También guionó y produjo shows teatrales de escasa difusión. Tiene múltiples personalidades pero no partícipes de un desorden o, al menos, eso afirma él. Sin ir más lejos esto lo escribió él ¿Por qué usa la tercera persona? La verdad: No lo sé.

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2 Comentarios

  1. Muy buena, lucas! (dejame comentarte que me vi Prometeo de nuevo, y no existe ese mural de un xenomorfo crucificado: puse la imagen en pausa, y se ve algo bastante confuso, pero que de ninguna manera es «alien» (en ninguna de sus versiones conocidas)).

    Abrazo grande!

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