Cae la noche tropical es una versión de Santiago Loza y Pablo Messiez de la novela de Manuel Puig presentada actualmente en el Teatro San Martín. Dirigida por Pablo Messiez y protagonizada por Leonor Manso, Fernanda Orazi e Ingrid Pelicori. Escribe Joaquín Galende, ilustra Cindel García.
La obra sucede en Río de Janeiro, donde Luci y Nidia, dos mujeres que transitan la vejez acompasadas por los problemas propios de la pérdida –en el sentido más amplio del término-, discurren en una conversación que tiene por objeto los encuentros y desencuentros amorosos de su vecina, una psicóloga argentina exiliada en Río. Nidia ha perdido recientemente a su hija y además sufre problemas arteriales, pero aun cuando el dolor y el deterioro de la vida está presente como un segundo plano, lo fundamental es la constante evocación de recuerdos, la reconstrucción de una vida ajena, la imaginación como divertimento y el chisme o, más bien, la reivindicación del chisme, como ejercicio literario.
Utilizando los múltiples artefactos de Puig -un desprolijo mensaje de voz dejado en una grabadora, una carta escrita desde la lejanía, el altoparlante de un copiloto de aerolíneas argentinas y, esencialmente, los entrañables diálogos de dos hermanas ya en el ocaso de sus vidas- la obra transita por los recovecos de la década de los 80´s, con el exilio como trasfondo y el contraste de un país fantasmal con el clima caluroso de Río de Janeiro. Allí se despliegan las vicisitudes de las dos mujeres que, zambullidas en el ensueño de la imaginación erótica –que no muestra, pero sugiere-, reconstruyen una vida ajena mientras vuelven a gozar de los placeres que en el imaginario social se le niegan a la vejez: la sexualidad y el erotismo que es reconstruido por medio de éstos diálogos.
A propósito de los tiempos que corren, de la modificación de las relaciones humanas que se podrían caracterizar por estar cada vez más separados de los otros, aun cuando esos otros se nos hacen cada vez más necesarios. Se van remplazando las personas de carne y huesos por audios de Whatsapp que aceleramos a nuestro antojo con tal de disponer unos segundos más para arrojar al tacho de basura. Y en el tacho de basura, eso que llamamos geriátrico, banco de plaza, comunidad vecinal o confesionario de pasacalles, discurren palabras sin oído porque el tiempo de la productividad no nos permite detenernos a la escucha. En estos tiempos, entonces, pareciera ser que la obra que versionan Santiago Loza y Pablo Messiez también nos retrotrae a un modo de comunicación que es amedrentado constantemente por ser improductivo y no regirse por la celeridad, un modo de lentitud en el diálogo que progresivamente cae en desuso, es decir, la conversación dilatada, decantada por el sólo hecho de conversar sin ningún otro objeto que pasar el tiempo.
Es de este modo que a mi parecer Cae la noche tropical interrumpe el tiempo de la productividad en el que vivimos inmersos, y quizás por ello es particularmente larga, amenazando siempre con un final que no llega y que nosotros mismos buscamos terminar cuando, en una pausa un poco más larga de lo común, nos arrojamos a aplaudir largamente con la certeza de que la obra ha llegado a su fin. Sin embargo, luego nos damos cuenta que aún quedan unas escenas más, entonces guardamos el mismo silencio que hemos venido guardando desde el inicio, y la actriz que amablemente escucha el aplauso ansioso por retomar el diálogo hace justamente lo que todos temíamos, es decir, retomar el diálogo.
La cerveza y la pizza para cerrar el círculo teatral, la llegada a casa con el margen de tiempo para sacarle una tajada más al día, el arribo al subterráneo a tiempo para no agarrar una hora en particular, todos planes que comúnmente se previenen aun cuando se está siendo partícipe de algo -como si fuese una partida de ajedrez en la que se calcula el siguiente movimiento- , tienen que esperar frente al tiempo aletargado, el tiempo –en fin- de dos viejas dicharacheras que nos hacen parte de su chisme. Cuando nos invitan a poner a esperar la celeridad y la prisa, aceptamos y volvemos al tópico de la conversación eternajunto a dios viejas que riegan las plantas mientras ven pasar la tarde.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Autoría:
Manuel Puig
Versión:
Santiago Loza, Pablo Messiez
Actúan:
Leonor Manso, Fernanda Orazi, Ingrid Pelicori
Vestuario:
Renata Schussheim
Escenografía:
Mariana Tirantte
Iluminación:
Gonzalo Córdova
Música original:
Carmen Baliero
Entrenamiento corporal:
Lucas Condró
Asistencia artística:
Florencia Wasser
Asistencia de escenografía:
Sofía Eliosoff
Asistencia de iluminación:
Paul Pregliasco
Asistencia de vestuario:
Mariana Seropian
Coordinación de producción:
María La Greca
Colaboración artística:
Patricio Binaghi
Dirección:
Pablo Messiez
Duración: 105 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
Revista Colofón Lo que pasa cuando ya pasó todo.
