Respiración artificial, la novela-ensayo que buscó configurar la historia de un país

La novela Respiración artificial del argentino, Ricardo Piglia (1941-2017) es un relato heterogéneo que deambula a través de cuatro personajes principales: Emilio Renzi, Marcelo Maggi, Enrique Ossorio, Volodia Tardewski y otros como Arocena o Marconi que interceptan, o mejor dicho, pretenden cortar la trama del revisionismo del pasado, o de  reflexionar la construcción de nuevos trances que pueden cambiar el rumbo de una nación. Escribe Andrés Lasso Ruales, ilustra Tano Rios Coronelli.

Este ensayo a través de tres máximas analizará la intervención de la ficción, el revisionismo histórico y la filosofía en la trama pigliana.   

El triunfo más puro de la ficción

En la primera parte Si yo mismo fuera el invierno sombrío, Emilio Renzi comienza a perfilar  como era su tío materno. En el desarrollo de esa silueta platónica existe un guiño a William Faulkner: “No podía menos que atraerme el aire faulknerniano de esa historia”.(Respiración artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.11) ¿A qué se refiere Piglia con esta aseveración?, a la creación de un relato a través de la anécdota o la historia familiar como lo hace la novela ¡Absalom, Absalom! que cuenta la historia trágica de los Sutpen en una región sureña de los Estados Unidos. Renzi en su narración juega con los tiempos, el pasado y el porvenir de su tío. Incluso el joven novelista osa decir que la historia de su parentela hubiera sido mejor narrarla como en un monólogo ininterrumpido parecido al relato del norteamericano, Las palmeras salvajes.

Renzi es un escritor treintañero que apenas escribió una novela llamada: La prolijidad de lo real que trata sobre su familia, pero enfatiza que lo único que le agrada de la trama es el título. Cuando recibe la primera carta del profesor, Marcelo Maggi (tío), ahí es cuando el novelista recién empieza a conocer otra versión de los hechos, un golpe de efecto, que podría desencadenar en un posible relato que surge gracias a la experiencia del otro.  

Casi un año después yo iba hacía él, muerto de sueño en el vagón destartalado de un tren que seguía viaje al Paraguay: unos tipos que jugaban a los naipes sobre una valija de cartón me convidaron ginebra. Para mí era como avanzar hacia el pasado y al final de ese viaje hasta qué punto Maggi lo había previsto todo.

Respiración artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.15

La correspondencia de Renzi y Maggi es el intercambio de la ficción y no ficción. La Literatura versus la Historia, ¿acaso las dos no reconstruyen la realidad a su manera? y de inmediato este cuestionamiento planteado nos traslada a la interrogante que abre esta novela:¿Hay una historia? Piglia utiliza este epistolario para narrar el pasado argentino y al futuro lo coloca como sombra, pero también introduce a la literatura como artilugio porque a través de la lectura de ficción abre otras interpretaciones de los hechos anteriores y de lo que está por suceder.

Juan Villoro, en el ensayo, La máquina desnuda, propone otra pregunta:¿quién la narra?  Renzi a través de su indagación va contando los hechos a medida que los va descubriendo. Para el escritor mexicano el enigma de Respiración Artificial surge también de la imposibilidad de contar una trama.

En el diálogo epistolar de Maggi y Renzi, el tío cuenta a su sobrino una obra en marcha sobre un familiar de su ex esposa, Esperancita, la mujer que le acusó falsamente con la policía de haberse llevado un dinero y por eso estuvo tres años detenido. El profesor narra esa historia para explicar el contexto de lo que la familia Ossorio representa para su obra y para que Renzi visite a su ex suegro, Luciano, porque ya no podrá escribirle y contarle el proyecto sobre su pariente que vivió en el siglo XIX. Es ahí, en ese momento que Maggi persuade al joven novelista para que complete su pesquisa.

Renzi en una de sus misivas explica a Maggi que nadie tiene algo extraordinario que contar que sólo se tiene dos o tres experiencias que valen la pena a través de la vida y lo que existe para él son ilusiones. Según el escritor todos nos inventamos historias para imaginar una vida anhelada para que cobre sentido. La respuesta al profesor es la representación de lo que hace la ficción cuando interviene en la realidad, la literatura contesta a ese reinado digno de los hechos, ¿cuál sería la verdadera historia de nuestras vidas? la real o la imaginada.

Entonces redacto estas interminables páginas para vos, my uncle Marcel, que venís desde tan lejos, desde un lugar tan antiguo, desde una época tan remota de mi vida que tu reaparición (epistolar), ha sido, en estos meses, el triunfo más puro de la ficción que yo puedo exhibir (por no decir el único)

Respiración Artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.32

Por fin me ha sucedido algo

Mientras tanto, Marcelo Maggi escribe a su sobrino desde Concordia en la provincia de Entre Ríos y de ese lugar recóndito de la Argentina tiene un proyecto ambicioso, reconstruir la vida de un político del siglo XIX que devino espía, Enrique Ossorio. Éste coqueteó con el Rosismo, con los de la Generación del 37, viajó por Estados Unidos en busca de oro y redactó un diario íntimo sobre una novela utópica del siglo XX que escribió en una casa del East River en la ciudad de Nueva York.

Maggi no sólo muestra la figura del historiador, también podría ser una alegoría de los reporteros clandestinos que tuvo la Argentina en la Dictadura Militar de la década de los setenta. Más claro y preciso la figura de Rodolfo Walsh cronista que Piglia admiraba y además era amigo. En Operación Masacre, Walsh construyó en secreto el relato de las acciones alevosas del gobierno de facto para que la sociedad argentina lea en presente lo que estaba sucediendo a través del diario de la CTG (La Confederación General del Trabajo de los Argentinos).

El profesor en la primera carta a su sobrino explica desde el título como corrigiendo a la realidad: “Primeras rectificaciones, lecciones prácticas”, donde señala que fue un ex abogado y que se convirtió en maestro de Historia. En ella redacta que estuvo preso por radical, por condición política no por la falsa acusación de su ex mujer que indica que estaba loca porque cuando estuvo a punto de morir desmintió la queja:

Así de misteriosa es la oligarquía y esas son las hijas que engendra.

Respiración Artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.13

En el ensayo Respiración Artificial: el escritor y el terrorismo de Estado de Alberto Julián Pérez explica que no sé sabe ¿por qué? Maggi quiere desprenderse de su proyecto o archivo que construyó a través del tiempo sobre Enrique Ossorio. Se puede presumir, aclara, que dejaba su trabajo a Renzi para que lo cuide, valore y haga lo que desee porque estaba siendo perseguido por los militares y era probable que desaparezca, por eso, le invitó a Concordia y para ese fin utilizó a su amigo, Volodia Tardewski.

Ossorio y Maggi aparentan apoyar a la dictadura, o ser civiles inocuos; sin embargo, conspiran y espían para los revolucionarios y la resistencia.

Respiración Artificial: el escritor y el terrorismo, Pérez, Revista de Estudios Latinoamericanos, pp.223

En el diálogo epistolar que mantiene con su sobrino, Maggi siempre advierte a su pariente joven de que los sucesos del hoy pueden servir para prevenir el futuro, “por suerte, jamás habrá un Proust dentro de los historiadores”, sugiere el profesor, porque para él siempre fue fundamental observar la realidad  tal cómo se da, porque hay que saber atisbar lo que viene como si ya hubiera pasado, a esa sentencia lo califica como “la mirada histórica”.(Respiración Artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.14)

El destierro, el éxodo, un espacio suspendido en el tiempo

En el ensayo de Álvaro Martín Navarro, Mentiras filosóficas dentro de verdades narrativas en Respiración Artificial de Ricardo Piglia indica que esta novela además de utilizar a la historia como lienzo emplea el método de la comparación tanto en los diálogos como en los tiempos:

las historias de la Argentina de Rosas y la Argentina de Videla. A partir de ahí sería simple encontrar un sistema de equivalencias entre Maggi y Ossorio, los dos textos que escriben, las dos muertes, las dos dictaduras, y quizás coronarlo todo con la conclusión de que «la Argentina no ha cambiado nada.

Mentiras filosóficas dentro de verdades narrativas en Respiración Artificial, Navarro, Núcleo, pp.155.

Ossorio en base a su experiencia y la revisión de la historia política prevé un futuro complejo para la nación, por ejemplo, explica que todo ciudadano tiene la memoria para imaginar cómo será el país cuando vuelva del destierro:

Releo mis papeles del pasado para escribir mi romance del porvenir. Nada entre el futuro: este presente(este vacío, está tierra incógnita)es también la utopía.

Respiración artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.69.

Dentro del capítulo del diario de este político, Piglia coloca a un personaje del futuro llamado Arocena que es un censor de la Dictadura Militar de la década del setenta del siglo XX para  también analizar las cartas de Maggi, el proyecto de este espía es intentar verificar para tergiversar la realidad de los hechos.

En el ensayo de Nicolás Gómez Rey, Respiración Artificial: la problematización del discurso de la historia desde el archivo dilucida que la novela está hecha de citas y que en la digresión  se ubican los personajes olvidados por la historia, o sea, los hechos jamás narrados que vienen a ser representados por el profesor y Enrique Ossorio.

Mientras que la concepción de destierro o ese estado de suspensión en el tiempo pertenece  otro narrador de este artefacto pigliano,“el polaco”, Volodia Tardewski, alegoría del escritor Witold Gombrowicz.

Por ejemplo, cuando Renzi llega a Concordia, Tardewski lo recibe y comienza un diálogo-aventura, por así llamarlo, antes de ir al hotel y aguardar a que llegue el profesor, el europeo lo lleva al joven porteño al bar donde se reúne asiduamente con sus amigos y que Maggi también frecuentaba, dentro de ese lapso inicia una tertulia sobre literatura, filosofía y la experiencia del forastero.  

El diálogo entre el exiliado y el novelista joven es otro mecanismo para narrar la historia de los antepasados, del mundo, de la nación y de la literatura argentina. La conversación también gira por Marconi (amigo de Tardewski) que se presenta como un poeta del interior. Marconi  defiende a Jorge Luis Borges como el escritor del siglo XIX y Renzi a Roberto Arlt como el precursor del XX, ahí en esa charla se puede reflejar esa vieja disputa entre provincia y capital. Ambos escritores sirven a Piglia para indagar la tradición de las letras argentinas.

Finalmente, existe otro estudio comparativo, está vez le pertenece a Tardewski que fue alumno en Cambridge de Ludwing Wittgenstein, en la intervención del polaco tenemos un análisis filosófico-histórico sobre la Europa de la primera mitad del siglo XX y lo narra a través de las vidas de Franz Kafka y Adolf Hitler:

Kafka hace en su ficción, antes que Hitler, lo que Hitler le dijo que iba a hacer. Sus textos son la anticipación de lo que veía como posible en las palabras perversas de ese Adolf, payaso, profeta que anunciaba una especie de sopor letárgico, un futuro de una maldad geométrica.

Respiración artificial, Piglia, Grupo editorial Planeta, pp.194

El último capítulo de la novela llamado Descartes utiliza al diálogo como eje narrativo para deshilachar el pasado por los bordes, esas orillas que jamás se tocaron, porque tal vez, la historia tenga algo de superstición y sea como hacía Lisset Gazel, amante de Enrique Ossorio, para descubrir el futuro: “leer el porvenir en el vuelo de los pájaros marinos”.(Respiración artificial, Piglia, Grupo Planeta, pp.62)

Bibliografía

Gómez, N. (2019). Respiración Artificial: la problematización del discurso de la historia desde el archivo. Perífrasis. ISSN-e 2145-9045, Vol. 10, Nº. 19, 2019, págs. 61-80,

Navarro, A. (2007).Mentiras filosóficas dentro de verdades narrativas en Respiración Artificial de Ricardo Piglia. Núcleo (online), vol.19., n.24, pp. 151-170. ISSN0798-9784.

Pérez, A. (2013). Respiración Artificial: el escritor y el terrorismo de Estado. Revista de Estudios Latinoamericanos versión  On-line ISSN 2448-6914versión impresa ISSN 1665-8574.

Piglia, R. (1980). Respiración artificial. Buenos Aires. Biblioteca La Nación. Grupo Editorial Planeta. S.A.I.C., 2001.

Villoro, J. (2009) La máquina desnuda.  Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Link:https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-maquina-desnuda-sobre-respiracion-artificial–0/ .

Escribe Andrés Lasso Ruales

Ensayista y docente ecuatoriano que vivió en Brasil y Argentina. Amante y estudioso de la literatura ecuatoriana, argentina y brasilera. Actualmente escribe una compilación de ensayos sobre el Ecuador del siglo XIX en la revista Plan V y es profesor de investigación y textos académicos en la Universidad de las Américas (Quito).

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La expansión del yo: entre la realidad y la ficción

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2 Comentarios

  1. Me gysto mucho tu ensayo. Justamente me encontraba releyendo Respiración Artufucial.
    Gracias

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