Compartimos un nuevo micro-cuento de Alex Darío Rivera para la sección Istmo, ilustra Mariano Lucano.
El dolor cada vez más fuerte. ¿Lo mataba la quimioterapia o el cáncer? El sabor acre en la boca, con ahínco. Había pecado sin culpas. Sin cargos de conciencia. Si hizo daño, fue sin premeditación, alevosía o ventaja. Si amó, fue con premeditación, alevosía o ventaja. Estaba libre de temores al infierno de Dante y ambiciones al paraíso celeste, por tanto: ¡He vivido! gruñó fuerte para que nadie le escuchara. No temía a la muerte, aunque en ocasiones escuchó sus pasos acercándose, a veces con prisa, en otras, alejándose lentamente. Estaba listo para pagarle la factura. No le quedaría en mora, le saldaría centavo a centavo.
Sonrió. El frío metálico en su sien fue, probablemente, su última sensación terrenal.
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