Editorial – Septiembre 2017

 

Buscar a tu hermano. Evitar a las fuerzas de seguridad, acudir a organismos de derechos humanos.

Buscar. Declarar.

Buscar. Resistir.

Buscar. Marchar.

Buscar. Recusar.

Buscar. Plantarse contra pistas falsas, contra difamaciones, contra maniobras distractoras.   Llorar. Gritar. Buscar.

El infierno en el que se convirtió la vida de Sergio Maldonado que busca a su hermano Santiago. Desaparecido tras participar de un reclamo al que la Gendarmería reprimió. Desaparecido en democracia. Otro más.

Otra vez las Madres, las Abuelas reclamando por otra vida, recrudeciendo sus ausencias con otra nueva. Cuarenta años después, los mismos cantos, las mismas pancartas, una búsqueda más.

Nosotros, los que vamos a las marchas, que replicamos el rostro de Santiago, la pregunta que lo reclama. Que reaccionamos como podemos a cada atropello del aparato estatal que omite, que encubre, que demora, que oculta. Que no se hace cargo.

También están los que no quieren saber, los que se ríen, a los que les da lo mismo, los que celebran, los que ensucian y repiten, alienados, reproduciendo discursos sin digerir, directo desde el televisor a la boca, sin previa escala. Sin sospechar que podrían ser ellos, mañana, los omitidos.

Furia y bronca son las palabras que nosotros usamos.

Entre nosotros nos buscamos, buscamos para seguir buscando a Santiago. En el encuentro, en la Plaza, en las paredes, en las radios, en los volantes, en las pantallas, en los aplausos, en los abrazos, en las lágrimas, en los puños apretados.

Santiago ya es poema, es mural, canciones, festivales, danza. Sus ojos son emblema y no queremos. Santiago no tendría que ser todo esto sino un hombre libre. Es todo esto porque es una ausencia y no se puede palpar una ausencia si no se la simboliza. Santiago debería estar en algún lado. Está en algún lado.

Cuarenta años después, la misma historia.

Si nos lo hubieran contado, no lo habríamos creído.

No vamos a borrar ni a olvidar una desaparición. Ni una más. A los que saben, porque alguien sabe, le preguntamos:

 

¿Dónde está Santiago Maldonado?

 

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