Primera parte de esta selección de poesías que intenta representar los múltiples ejes que conviven a lo largo del territorio. En esta entrega, recorremos el trabajo de Carla Olivera, poeta oriunda de Gualeguaychú. Dibujos de Cindel García.
QUERÍAS SER POETA
Querías ser poeta
pensás
mientras los broches prenden la ropa al viento del patio
mientras los gurises se pegan patadas y gritás que basta
que basta ya de peleas y de llantos.
El aire alcanza afuera para tomar la tarde por las trenzas
fuerte empuja y secará rápido la ropa.
Querías ser poeta y pensás
en ese hombre de espuma
en ese hombre cuyos labios no mordiste
en su cuello que de cerca perfumaba los tiempos de la rebelión
de los escapes
de las canciones bailadas para enamorarlo.
Querías ser poeta
pensás
y sabés que se es poeta aún con la lengua anudada
pero no se desanuda
no se desnuda
y ese hombre está lejos ya
y los gurises siguen peleando.
¿Cómo se es poeta?
pensás
mientras la última prenda a colgar cae y se ensucia
y el sol busca con su aliento levantar tu pollera.
FORMAS DE SER
Hay un cuerpo que soy cuando la noche pesa
y el sol no se hace espacio.
Un cuerpo que huele en los costados de la casa
secretos ajenos
silencios que leudan la humedad y la sombra
pacientemente puestos a crecer por algún desconocido.
Hay un cuerpo que soy sin manos
ni boca
ni lengua
que es sólo piel mezquinada
vuelta hacia sí como el revés de un guante.
En las paredes hay moscas y ojos
y los ahuyenta con un péndulo como si bastara
les pone nombres
los conjura
ese cuerpo que soy no quiere ojos sobre sí
ni moscas
ni el constante murmullo de una casa tomada por los que no hablan.
Hay un cuerpo que soy
que puebla otros cuerpos como una planta parásita
como un clavel del aire.
Este cuerpo es mío a veces
esa piel es mía a veces
esos silencios, no.
Hay otro cuerpo que soy cuando la noche es liviana
y el día respira como un conejo en mi falda
nervioso y delicado
oliendo el pulso que viaja desde mi corazón a mi sexo.
Hay este otro cuerpo que soy
volcado
llovizna y hambre
que abre la casa y la piel con un mismo vibrante deseo
la palabra sembrada en la cama
en el patio
en los ojos de los hijos
la sembrada palabra en el oído del amante
y en la deliberada urgencia del amor.
Entre mis cuerpos hay un sendero de baldosas amarillas.
Un nido de pájaro y culebra.
Una madriguera.
Una jaula.
Y después un río
Y después un río
Y otro
Y otro.
LAS LUCÍAS
I
Volverte a violar
Volverte a ahogar
Volverte a arrancar las uñas y los pelos
Volverte a vaciar
Volverte a drogar
Volverte a golpear todo el cuerpo que ya traés roto
Volverte a asustar
Volverte a quemar
Volverte a clavar dientes,
dedos,
verga,
palos,
toda la inmundicia.
Volver a mencionar tu nombre
Tu nombre de muerta de noche
Tu nombre de tan tarde,
de short corto, de tan tan corto…
Tu nombre de muerta en una foto.
Sonreís en la foto
Estás hermosa y sonreís porque no sabés tu muerte
Porque aún no viste tu nombre de muerta pegado a tu foto en la tele
Esa palabra no se parece a otra:
Em-pa-la-mien-to
Esa palabra va debajo de tu nombre
De tu foto sonriendo
De la muerte anunciada en forma de primicia.
Esa palabra no se parece a otra.
Volverte a matar
Volverte a rasgar
Volverte a arrancar la ropa
las uñas
los cabellos.
No son lobos, no
No son bestias, no
No son monstruos, no
No sabrán a dónde ir
No sabrán a dónde ir cuando
se desprendan las muertas del suelo
repletas de flores que llevamos las vivas
a devorarles el corazón
y darle fuego a todo.
III
Mi vida es un tajo.
Un tajo entre las piernas
un tajo en el cuello
un tajo en el espinazo
un tajo en la pollera
y de la pollera al ojo
y del ojo a la lengua
y de la lengua al silencio.
Mi vida es un tajo a destajo.
De sangre en sangre.
Tajo y sangre para ser mujer.
Tajo y sangre para hacer lugar.
Tajo y sangre para parir.
Tajo y sangre para no parir.
Tajo y sangre para no volver a casa.
LAS ESTACIONES
(OTOÑO)
III
Tarda en caer la tormenta.
¿Por qué me amenaza si apenas
he acostado mi silencio en el pasto?
Tarda en caer pero mira
negra y filosa
borrarse las sombras tiernas del campo.
La tarde me parte en dos.
Tarda en caer la tormenta o la tarde
tardo en nombrar estas cosas porque
no sé llover.
VIII
Un pájaro marrón en el alambrado de mi casa.
Cuando digo marrón quiero decir erguido.
Trina.
Llama.
No es ausencia lo que dice,
es desafío.
Un pájaro resiste la intemperie.
Un pájaro es una bandera
de cara a la desesperación.
El golpe de ternura en la cara del patio.
La casa a donde llegar a cielo abierto.
(PRIMAVERA)
III
La hierba apenas movida
por un soplo de grillo.
Ha saltado una tucura desprendida del verde.
Arriba el sol perfora las nubes
con su fosforescencia .
Abajo la tucura muerde
lo que va a crecer.
(VERANO)
II
Enero es un gato amarillo lamiéndose el pelo en el techo de mi casa.
Conoce la tormenta y el infierno.
Conoce la tormenta.
Enero atigra la siesta
y me lleva
como a una canaria que no sabe llamar.
VIII
Tienen razón los toritos.
En lo espeso del césped
hay rumor de aventura.
SIEMPRE ES DE NOCHE Y LLUEVE
Me besa como si acabara de llover.
Me habla como si acabara de llorar.
Me mira como si el rebaño hubiera huido de su corral hacia las montañas.
Me busca la piel como si temiera al agua.
Me ríe como un loco triste.
Me empuja como si soltara cuervos.
Me dice que sí.
Me dice que a veces.
Me niega que no.
Yo me voy a quedar tan quieta bajo su nombre
que me confundirá con la hierba.
Me gustaron mucho sus poesías. Formas de ser sobre todo. Gracias!
Bellos poemas tan Carla Olicera majestuoso leerte