La serie de culto de los 90’s creada por David Lynch y Mark Frost, después de dos temporadas que marcaron a más de una generación, volvió el pasado 21 de mayo a la pequeña pantalla después de 26 años; este acontecimiento pocas veces visto, merece cierto análisis.
Antes
Twin Peark empezó siendo una soap opera con tintes de policial sci-fi y cierto tono cómico. Una historia llena de intriga y misterios que dejaba al espectador recalculando cual GPS. Todo comienza con la aparición del cuerpo sin vida de Laura Palmer en el pueblo de Twin Peaks, y la investigación sobre su asesinato. Mark Frost se inspiró en el caso del asesinato de Hazel Irene Drew en Sand Lake (estado de NY, EEUU) en 1908, cerca de Taborton donde el pequeño Frost pasaba sus vacaciones. En 1990 se empieza a emitir la primera temporada por la televisora ABC, donde se desarrolla la investigación encabezada por el agente del FBI Dale Cooper y el sheriff local Harry Truman, con múltiples subtramas que se conectan con el caso y los habitantes del pequeño pueblo y su infierno. El averno comprende infidelidades, abuso de drogas, mercenarios, prostitución, negocios turbios, y elementos paranormales que a más de uno le parecían muy falopa. Pero la pregunta más importante era ¿quién mató a Laura Palmer?
Esta intriga que permitió hacer teorías y generar debates acalorados como cuando en las reuniones familiares se empieza a hablar de política, fue justamente el quid de cuestión. El estilo y la lentitud que caracterizaban al programa no fueron tan bien recibidos, los espectadores acostumbrados a otro tipo de televisión estaban cansados de no tener respuestas masticadas. No se juntaban con amigos a tomar birra y charlar de sus teorías conspiranoicas y los Illuminati, no, ellos querían la verdad y la querían ya. Como consecuencia la audiencia fue bajando y la ABC como buena productora que necesita hacer platita decidió ceder a la demanda. Sin importar cómo había sido concebida la historia ni sus tiempos, apuró la revelación del asesino para el comienzo de la segunda temporada en vez de esperar a la tercera como estaba estipulado. Como sabemos, toda acción tiene una reacción, Lynch se pudrió y se fue a trabajar en sus proyectos. El declive fue notable, cuando las historias se apuran y no se respeta el tiempo que precisan para llegar a su clímax, se crea un vacío. Si hay buenos creativos para laburarlos se puede pilotear, sino se cae en el relleno. Y este relleno es insípido y de mal gusto, como los bombones que tienen pasas de uva. Pero que no cunda el pánico, nuestro único héroe en este lío regresa para los últimos episodios salvando las papas del fuego y entregándonos un final digno.
Con el tiempo la serie empezó a tener el reconocimiento que merecía y se transformó en un producto de culto, sembrando seguidores a diestra y siniestra. Cada tanto fantaseo sobre como hubiera quedado si se hubiera respetado el plan original, aún así todo tiene sentido. Todo.
Después
Allá por el 2014, Showtime anuncia el regreso de la serie cumpliendo la profecía de Laura cuando le dice a Cooper que se volverían a ver dentro de 25 años en el final de la segunda temporada. ¿La profecía era para Cooper, nos estaban tirando un centro o ambas? Otro gran misterio para la humanidad. Tras algún que otro inconveniente y un ida y vueltas de nombres, se hizo realidad.
La nueva Twin Peaks es diferente, no sólo los actores están llenos de arrugas y nos cambian a Harry por su hermano Frank (Michael Ontkean se retiró de la actuación, por desgracia); se integran nuevos personajes, el tono cómico desaparece, ya no estamos en una soap opera. Sórdida y turbia, la oscuridad se apodera de la pantalla. Hello darkness, my old friend. El juego cambia, ahora no solo nos brindan indicios sino que se explora cada dato en profundidad, demostrando que aquellos elementos que pensábamos eran sólo un detalle, son una construcción. No es que estos tipos flashean, acá hay un hilado cada vez más fino que nos sumerge en el pasado, nos hace padecer el presente y nos deja expectantes del futuro. Lynch, que dirige todos los capítulos de la nueva entrega, nos empuja hacia los límites para atravesarlos, haciéndonos comprender que siempre hay algo más allá de lo que vemos. Un claro ejemplo es el capítulo 8 emitido el 26 de Junio, donde su capacidad como realizador no deja ninguna duda y vemos cómo el cine converge en la televisión, haciéndose un lugar que muchas veces le es negado.
Pasaron 26 años para todos, en la ficción y en las vidas tanto de Lynch como de Frost, pero aún más importante para la televisión y sus espectadores. La vara está alta, la llegada de series como Breaking Bad, Game of Thrones, las originales de Netflix, entre otras, avivó a la gilada. Consumimos más, hay demasiada oferta y no alcanza la vida para ver tantas series: hay que elegir con cautela, no te vas a clavar tantas horas para que al final te caguen (llamada para Lost). El espectador agudizó la vista, empezó a prestar más atención a la trama, a la lógica de la causalidad dentro del guión, diferenciar entre buenas y malas actuaciones. Hoy en día, casi nadie empieza una serie si no tiene la aprobación de la comunidad o el sello de garantía de alguien de confianza; hay grupos en redes sociales, las parejas inician series como un nuevo indicador de compromiso, amistades se pierden por defender un show como muchas inician por compartir una pasión. Más allá de la diversidad, el público demanda calidad, señala errores, critica la trama y espera los resultados.
Hicieron falta tantos años y tanto avance para que el público estuviera listo para presenciar, disfrutar y comprender la obra que Twin Peaks significa, como así la historia y la forma de contar de sus creadores. Ahora puede volar alto sin miedo a quemarse.
Y quedó más linda que nunca
Muy bueno!!! excelente serie <3