Entrevista a Marcelo di Marco: Taller de corte y corrección

¿Dudas de corrección? ¿No sabés cómo cerrar un cuento? ¿Ni cómo empezarlo? ¿Estás perdido en un bosque oscuro y no encontrás disparadores? Si bien es consciente de que no existe una receta que los solucione, Marcelo di Marco en TallerTcyC, su canal de YouTube, se propone discutir, trabajar y tratar de ayudar a pulir textos literarios, o proveer una gran cantidad de tips y ejemplos para mejorar la escritura. Ya suma más de cinco mil suscriptores y más de 90 programas, divididos en distintas secciones, pueden visitar su canal en este link.

Nacido como extensión del libro Taller de Corte y Corrección (Sudamericana), el canal de YouTube hoy se convirtió en un espacio para trabajar casos concretos de alumnos, leer y recomendar cuentos, trabajar las llamadas naranjas, subir programas en vivo con una temática en especial y hasta irse de viaje junto a su esposa, Nomi Pendzik , también autor de Atreverse a Corregir y Hacer el verso (Sudamericana) y gran fanática de la corrección.

Entrevistamos a Marcelo di Marco, en su nueva función de presentador televisivo, para conocer un poco más sobre cómo arrancó este proyecto, qué se pierde y qué se gana en el espacio virtual en cuanto a nuevas formas de transmitir cultura y educación.

¿Cuándo fue que empezaste con la idea crear contenido para tu canal de YouTube?

A diferencia de ciertos “docentes” que se descubren generacionalmente superados por sus alumnos en el dominio de la compu, y a despecho de ciertos “intelectuales” que ante las nuevas maneras de enseñar y de aprender esconden su discapacidad intelectual detrás del sobado “la tecnología es alienante”, yo con la tecnología me siento como pez en el agua. La tecnología deshumaniza y enloquece sólo cuando se usa para difundir y consumir deshumanizantes y enloquecedoras idioteces. Como sucede con los buenos cuchillos, antiquísimas herramientas del hombre que tanto pueden quitar una vida como salvarla, el buen o mal uso de los novísimos medios tecnológicos dependerá de la psicología de quien los empuñe. A mí me enfurece verificar el desaprovechamiento que se hace de la web, por ejemplo, en estos democráticos tiempos de brutalización, hedonismo y deleite a cualquier precio. Hay una pornografía de la sensualidad, por supuesto, que viaja de lo más campante por la web; pero mucho más catastrófica es la pornografía del lugar común y del vaciamiento del significado, lacras que pululan por infinidad de foros y blogs. Y que van de la mano de ese suicidio del pensamiento que se da en llamar el political correctness, importado directamente de eeuu por la progresía y capaz de decretar la muerte civil de cualquiera que se salga del moldecito impuesto por la reingeniería social. Por todo lo dicho, por todas esas porquerías que acabo de señalar, cuando el producto es noble hay que meterle para adelante. Y así fue que acepté enseguida el ofrecimiento del productor y director Nicolás Amelio-Ortiz de lanzar en YouTube un canal de tips de escritura. En marzo de 2015 el canal cumplirá dos años de vida. Al momento (enero de 2015), contamos con más de cinco mil quinientos suscriptores y casi un millón de minutos reproducidos. Vamos bien.

¿Es para vos una una evolución o un complemento del libro y tus clases?

Evolución y complemento. En términos evolutivos, nuestros casi cuatrocientos programas me hacen pensar en cuánto queda por aprender y por enseñar en el arte de escribir. En dos años de programación superamos la cantidad de notas que integran Taller de corte & corrección y Hacer el verso (cien notas cada uno) y Atreverse a escribir y Atreverse a corregir (cincuenta cada uno). Si bien se reponen en librerías edición tras edición, destaco que esos cuatro libros se escribieron y se publicaron en un lapso de cinco años. ¿Cuánto podré dar durante tres años más de programación, cuando ya haya cumplido mis primeros sesenta años de vida? Mucho, sin duda, si Dios me da salud. En términos complementarios, yo siempre les digo a mis alumnos que los programas son una prolongación de las clases que compartimos en nuestro centro de entrenamiento de escritores. Más de una vez yo acudo a tal o cual Naranja para ilustrar alguna cuestión técnica que surge en los distintos talleres que doy. Y vos viste cómo es: si el tip en cuestión les sirve a cincuenta heterogéneos escritores en formación, puede también servirles a cincuenta millones, a quinientos millones de usuarios de YouTube. A gente, por ejemplo, que vive lejos del dimarkenbúnker o que no puede pagarse un taller, ya sea presencial o virtual. Por supuesto que nada iguala la tarea concreta que realiza cualquier grupo del TCyC, pero no he visto otros programas en YouTube que atiendan la formación integral del escritor como lo hacemos Nomi Pendzik y yo a través del canal. Estamos saneando el medio, simplemente. Y este medio, bien aprovechado, es muy superior a la tv, a mi juicio: entre otras cosas, porque podés volver a ver los programas todas las veces que vos quieras, podés opinar directamente sobre ellos como vos quieras, y podés compartirlos fácil e inmediatamente con quienes vos quieras.

¿Cómo es el proceso de selección de los temas a tratar y las secciones?

Una vez, no bien lanzamos el canal, le pregunté a Nico si convenía mantener una continuidad temática entre programa y programa. Me contestó: “Con que saques un programa por semana, acerca de lo que sea, está todo bien”. En eso, así como sucede con las notas de mis libros sobre escritura, los programas siguen el natural y azaroso proceso de un taller. Un taller no es un curso, jamás he programado una sola clase. El trabajo de taller le propone al coordinador temáticas aleatorias: se trabaja con lo que aparece, con los problemas que el escritor trae en su texto. Pues bien, del mismo modo voy seleccionando —mejor dicho, van apareciendo— los temas, semana a semana. Y el criterio de selección parte de la convicción de que tal o cual asunto le servirá enormemente a mi querida audiencia. El objetivo no es mostrar todo lo que sé: a esta altura de mi carrera no tengo por qué lucirme, y tampoco tengo miedo de meter la pata. Treinta y cinco años como coordinador de talleres me eximen de preocuparme por los granitos en la cara o por los pedos que puedan escapárseme. Con casi cincuenta mil libros vendidos, ya no tengo que demostrarle nada a nadie, y eso me da un cómodo e incalculable margen de libertad. No estoy lanzando un canal de literatura a la manera de un músico aficionado que saca su canal de música con la esperanza de que alguna discográfica lo contrate. La cosa es al revés: la docena de libros de poesía, narrativa y ensayo que fui publicando a lo largo de treinta años de carrera fueron paridos antes que el canal en YouTube, que vendría a ser una consecuencia natural de dichas obras.

Respondo ahora a cómo surgió la idea de las Naranjas. Durante los primeros meses, el canal sólo lanzaba un programa semanal, los viernes. Era fundamentalmente teórico. Por eso las Naranjas, que salen los lunes: tips bien breves y exprimibles, basados en ejemplos concretos y puntuales, que muestran en acción las distintas herramientas del escritor. Aclaro que tanto Nomi como yo no concebimos la teoría como esa incomprensible paja mental a la que se suele llamar “crítica”, y que existe en función del autobombo y la difusión de “narradores” que nada narran y a quienes nadie lee ni leerá jamás. La teoría literaria que no tiene por objeto comprender la literatura y escribirla es eso: paja pura que sólo deleita a mentes enfermas de poder y vanidad, gente descomunal y soberbia que aborrece la literatura, valga la anfibología.

¿Cuál es tu opinión de la innovación tecnológica en el ámbito educativo?

Bien manejadas, sirven para que el profesor de Lengua o el coordinador de talleres saquen afuera al poeta, al narrador y al ensayista que cada uno de sus alumnos tiene adentro. Eso sí: nadie puede dar lo que no tiene. Equipá a un orangután con la más moderna tecnología, que igual seguirá aburriendo a sus víctimas, cautivas en las aulas año tras año. El daño que el actual sistema educativo le hace a la gente es parte fundamental del suicidio social que mencioné más arriba. ¿No viste cómo les cuesta a los jóvenes verbalizar y escribir lo que se les pasa por la cabeza? Pueblos mansos y bienpensantes, programados para el consumo de lo que venga. Tribus, pongamos por caso, a las cuales les repugna, debido a cuestiones “humanitarias”, la ingesta de cualquier tipo de animal; pero que, al mismo tiempo, no dudan en apoyar el aborto legal o la despenalización del consumo de drogas. Ese es el objetivo del Poder Mundial, la “construcción ciudadana” de una piara obediente. Y, en general, las actuales estrategias educativas son instrumentadas convenientemente en pro de dicho objetivo. Por eso viene bien un canal que le proponga a la gente mirar las cosas desde un ángulo desacostumbrado. En el TCyC no sólo se enseña el mejoramiento del estilo literario, sino que también mostramos el estilo vital de los Di Marco, basado en esos tres pilares a los que tanto se les pega porque soportan con su fuerza la civilización y el sentido de la existencia: Dios, Patria, Hogar. Lema al que siempre intentarán oponérsele, necesaria e inútilmente, el Pizza, Birra y Faso, y el Sexo, Drogas y Rock & Roll.

¿Cómo recibís las interacciones de los espectadores?

Sé que, en el ámbito privado, muchos talleristas usan en sus clases nuestros programas. Y que, en el de la educación formal, algún que otro profesor los aprovecha. Pero nuestra audiencia se compone, principalmente, de jóvenes que quieren aprender a escribir y a contar mejor. Muchos ya conocían la índole del trabajo gracias a haber leído nuestros libros, con lo cual se sienten como en casa al ver los videos.

¿Cómo recibís las interacciones de los espectadores?

Sé que, en el ámbito privado, muchos talleristas usan en sus clases nuestros programas. Y que, en el de la educación formal, algún que otro profesor los aprovecha. Pero nuestra audiencia se compone, principalmente, de jóvenes que quieren aprender a escribir y a contar mejor. Muchos ya conocían la índole del trabajo gracias a haber leído nuestros libros, con lo cual se sienten como en casa al ver los videos.

¿Algún comentario te sorprendió más?

Dos comentarios típicos, que pueden encontrarse al pie de los videos: “Con unos pocos programas aprendí lo que en otros talleres hubiera tardado tres años”, o bien: “Qué lastima que no te tuve de profesor de literatura”. Gracias al canal, han ingresado a los distintos talleres del TCyC muchos escritores en formación.

Hace poco subiste una imagen de una bitácora web con toda la info y un muy lindo diseño. ¿Cual sería entonces el nuevo paso?

En este momento estamos con Nomi y el genial diseñador Pablo Martín, de Primafase, ajustando detalles para que la web del TCyC sirva de plataforma del trabajo nuestro. En ella la gente podrá enterarse de los horarios en que trabajan los diferentes grupos de escritura, y podrá acceder a las listas de reproducciones de nuestros cientos de programas. Contendrá, asimismo, links a los blogs de los autores formados en el Taller de Corte y Corrección. En esas estamos. No queremos ser parte del chiquero, y la gente lo agradece.

Escribe Guillermo Flores

Guillermo Flores fundó las editoriales 13x13 y 800 golpes, y las revistas culturales Colofon y Arrancar. Hoy trabaja alegremente en comunicación digital.

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Un Comentario

  1. gracias genios los quiero un montonaso,por todos los aportes,saludos

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