Gone Girl: el amor, el libro y el hacernos la película

En el firmamento de la literatura hay estrellas dudosas llamadas best-sellers. Para algunas personas el éxito de un texto garantiza una calidad mancomunada. El ojo cínico mira estas luces con desconfianza, como si fueran satélites guiados por modas pasajeras en vías de extinción. Un ojo más despiadado les reserva un lugar en el infierno. Para este punto de vista la lectura es íntima y particular, exige un tiempo, una maduración de palabras y conceptos, esta mirada recorre calles repletas de publicidad y convenciones sociales y encuentra en el éxito repentino algo sospechoso.

Gone girl de Gillian Flynn es una novela trabajada desde cada una de estas miradas, desde la más inocente a la más despiadada. Se trata de un matrimonio y sus dos voces, sus dos estilos. El matrimonio quizás no sepa su futuro de best-seller pero sabe que será atendido. El lector formará parte de una opinión pública que los personajes querrán moldear tanto como han querido moldear su amor, tan íntimo y particular como público y letal. Gillian Flynn toma cada una de estas miradas y es implacable con cada una de ellas, como si las amara y las odiara con la misma cruel intensidad.

El amor es la infinita mutabilidad del mundo; las mentiras, el odio, incluso el asesinato, están entretejidos con él; es el inevitable florecimiento de sus opuestos, una rosa magnífica que huele ligeramente a sangre.

Tony Kushner, The illusion

Es la cita con la cual comienza el libro. Se trata de una esposa que desaparece y una investigación policial. Me propongo escribir sin ahondar en el argumento. Los personajes están narrados en primera persona. El marido y la esposa. Una esposa naïve y un marido resignado. Identidades e inquietudes que se desarrollan a partir de la trama. La vida secreta de sus palabras conforman múltiples engaños pero giran en torno a una sola idea: un amor moderno y absoluto que lo supere todo, incluso el tiempo, mostrado a través de su faceta más temida, la que denominamos tedio.

La rutina es una ciénaga para cualquier relación amorosa. Lo normal, lo predecible, mina ese encanto inicial tamizado por la aventura de conocer a un otro. Por ligarse a ese otro, por dejarse encantar, por dejarse fascinar y, a su vez, por fascinarlo y encantarlo. Dos personajes se construyen y se distancian de sus búsquedas individuales. Se acusan mutuamente y se desglosan en vidas anodinas que los conducen a un lugar común, fácilmente distinguible, donde nos sentimos identificados: un lugar público. (Dentro de la novela un best-seller llamado Amazing Amy)

Al leer como esos anhelos se van deshilachando no pude dejar de pensar en Madame Bovary. Otro personaje literario que se ve consumido por la rutina y, en su rebeldía, va tejiendo engaños. Gone girl, en cambio, se construye a través de un dueto encantador y maquiavélico. Dos puntos de vista antagónicos y entrelazados íntimamente. De un lado la resignación, del otro la violencia. Lo femenino y lo masculino. Sin embargo la violencia desarrollada en este libro no es una violencia impulsiva, ese es un engaño inicial, caemos víctimas de nuestros prejuicios. Se trata de una violencia sistemática con un costado emocional e innegable.

Son dos personas que se conocen, se aman, se odian y se saben de memoria. Nosotros como lectores somos seducidos como ellos mismos se sedujeron mutuamente. Quieren que elijamos un lado, por eso nos endulzan el oído diciéndonos lo que queremos escuchar. En formas familiares nos sentimos identificados y, en la distorsión, encontramos esas otras oscuras facetas del amor.

El libro fue llevado al cine por David Fincher, un director acostumbrado a visitar el lado oscuro de la inteligencia capitalista (Pecados capitales, El club de la pelea, El juego, Red social entre otras). Sus personajes están en el sistema, lo conocen y saben utilizarlo para enviar un mensaje que rebota en cada obsesión como untigo sadomasoquista.

El guión está a cargo de la misma Flynn, quién aprovecha la capacidad cultural del medio para manipular de forma muy precisa los prejuicios del espectador. Volviéndolo juez y partícipe necesario de un matrimonio que ensaya formas de amar y que, en el laberinto de la investigación, culmina ensayando formas de actuar. La mirada del espectador como la de los medios de comunicación se vuelve parte de esta intriga. Vemos a los personajes actuar para convencer y para convencerse. Llegamos a verlos armando una idea de amor, reconstruyéndolo para sobrevivir. La opinión pública juzga, los protagonistas se defienden. La investigación policial es la excusa para que miles de extraños invadan esa intimidad. Una intimidad que se maquilla hasta convertirse en un lugar retorcido y secreto, al que sólo los protagonistas pueden acceder, un lugar extraño parecido al amor.

En la película hay una mención a Marcel Proust que invita a pensar en La prisionera, un libro en el cual el protagonista se enamora y encierra a su amada en su casa por temor a perderla. En la novela Gone girl, en cambio no existe esta mención, sino la descripción de una idea de amor absoluto, obsesivo y complaciente pero que, en su complacencia, oculta una prisión. En este matrimonio no hay complacencias, solo frustraciones, porque huyendo de esta prisión se separan y se transforman en extraños. Las dos voces sortean la dificultad inaprensible de un amor sincero, profundo y libre. Aunque ésta sea la libertad de desaparecer, sin dejar rastro.

Escribe Lucas Iranzi

Lucas Iranzi es egresado de la ENERC, escribió y dirigió tanto cortos de ficción como documentales. También guionó y produjo shows teatrales de escasa difusión. Tiene múltiples personalidades pero no partícipes de un desorden o, al menos, eso afirma él. Sin ir más lejos esto lo escribió él ¿Por qué usa la tercera persona? La verdad: No lo sé.

Para continuar...

El sueño eterno

Ricardo Piglia relata un sueño a Luis Gusmán, ninguno sabe que será el último. El sueño se pierde en la inmensidad de la red y Gusmán se aferra a la ilusión de recuperar el mensaje como si, al hacerlo, pudiera recuperar al amigo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *