La poesía está un poco olvidada hoy en día. Incluso los avances tecnológicos, que juegan a su favor, como internet y la multiplicidad de plataformas en las que se la puede compartir no llegan a darle un uso ni una importancia masiva. Ya sé lo que el lector está pensando: “Otra vez el pesado este intentando revalorizar la literatura a través de internet y de Oscar Hahn”. Lamentablemente querido lector, ente sin rostro específico a quien respeto por su dedicación, está en parte errado si cree que voy a hablar de lo mismo ya que en esta ocasión el núcleo duro es otro: ¿Podría hoy en día ocupar la poesía un lugar de importancia en la sociedad? Yo sostengo que sí. Depende de nuestro empleo y de la función que le asignemos a nivel educativo.
Para ser más claro, creo que la poesía tendría que formar parte fija de las currículas escolares. Pero no como literatura en carácter de valoraciones estéticas sino que considero oportuno emplearla como herramienta para generar pensamiento crítico. Entiendo y soy plenamente consciente de la ambicioso que suena este proyecto. Pero aún así no logro desanimarme ni mucho menos despegarme de esta idea. La poesía es un género que posee la particularidad de decirlo todo y nada a la vez. En otras palabras el lenguaje confuso o engañoso en tono alusivo deja abierta la puerta a múltiples interpretaciones. Cuando Victor Shlovsky creó el concepto llamado desautomatización, que consiste en aplicar una variedad de procedimientos (recursos retóricos) con el fin de modificar el significante sin alterar el significado[1] aportó un concepto teórico. Es decir les dio carácter teórico y nombre a la interpretación.
Para darle un carácter más tangible a esta idea leamos algunos ejemplos de poesía: “Soy perfectamente capaz de soportarles un nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias” (Girondo, 2012) Podemos leer que el poeta no alude directamente al tamaño de la nariz utilizando palabras relacionadas como: grande, enorme, gigante, homérica, grotesca, titánica, etc. Sino que la compara con una zanahoria que ha ganado el primer premio en un concurso. Por ende está hablando una nariz muy grande destacando una similitud física. A través de esta comparación es que podemos deducir que la nariz de María Luisa era larga, con arrugas e incluso puntiaguda como una gran zanahoria. Este recurso comparativo genera en el cerebro lo que Shlovsky llama una prolongación de la percepción. Es decir a la hora de leer o escuchar la palabra nariz simplemente atraviesa nuestro cerebro sin demasiado trabajo de por medio. En cambio si oímos o leemos: Una zanahoria en su rostro. Multiplicidad de imágenes mentales se nos presentan. ¿Ayuda esto a pensar diferente? Sostengo que sí porque desde el momento en que el individuo se detiene a establecer conexiones asociativas está razonando una situación desde otra perspectiva.
Atentos a otros ejemplos en los cuales se desafía al lector a enviarnos sus lecturas:
Mito
Mito mío
acorde de luna sin piyamas
aunque me hundas tus psíquicas espinas
mujer pescada poco antes de la muerte
aspirosorbo hasta el delirio tus magnolias calefaccionadas
cuanto decoro tu lujosísimo esqueleto
todos los accidentes de tu topografía
mientras declino en cualquier tiempo
tus titilaciones más secretas al precipitarte entre relámpagos en los tubos de ensayo de mis venas.
(Oliverio Girondo, 2012)
Vida en Común
En un ángulo de la mesa
mi estuche de lentes
y tu estuche de lentes
-uno junto al otro-
como dos submarinos oscuros
retozando en la superficie
en tiempos de paz.
(Fabián Casas, 2010. P:48)
Nightmare (2)
Mis
uñas
en
las
patas
del
perro
raspan
raspan
raspan.
(Leónidas Lamborghini, 2007)
Ser Incoloro
Costura desclavada en mi caos humor diario
repiqueo infinito arpa rayada
cadáveres llorosos mar salino
tu opacidad quitará fuentes de verde jabón
banderines colorados
en mano derecha de uñas comidas.
(Alejandra Pizarnik, 2012)
Fierros
Yo no entiendo de «fierros» porque por ejemplo: de armas no sé nada, para matar gente prefiero la indiferencia. Tampoco uso los fierros del gym, me encuentro más cómodo con el cuchillo y el tenedor, esos son los fierros del placer. Tampoco me siento a gusto rodeado entre fierros con ruedas porque para viajar me gustan más las palabras, ellas siempre me llevaron más lejos. Pero eso sí, en lo que respecta a los fierros con ruedas, la gente se encasilla en elegir el fitito. Decisión que, más allá de mi desconformismo, no logro comprender. El fitito es una taza grande dada vuelta, no sirve para servir café. Imaginen el trabajo de darlo vuelta cada vez que quieran usarlo y en el caso de que lo logren, hazaña que requeriría del esfuerzo, en conjunto, de toda la familia, también habría que tener en cuenta que éste no entraría en el micro ondas para calentar el dichoso café así como también, la mesa ratona le quedaría chica. Sinceramente no comprendo cómo la gente sigue comprando fititos, yo no lo usaría ni que me lo regalen.
(Mateo Porta)
Para recapitular, entonces, ¿cómo puede la poesía ayudar desde las aulas? Yo creo que implementando instrucción en retórica para habilitar nuevas vías interpretativas a la hora de leer el lenguaje críptico y concentrado que ofrece el poema en sí, podemos encontrar muchas cadenas metonímicas de significado producto de la multiplicidad de lecturas. ¿Sería esto una mejora en nuestro sistema educativo? ¿Existen otras formas implementadas o aún no qué generan el mismo producto? Sinceramente no tengo la respuesta a dichos interrogantes pero sí puedo afirmar que esta sería una teoría y hasta un método para darle un lugar más activo a la poesía en nuestra sociedad.
Mateo Porta.
[1] Según Ferdinand Saussure el símbolo lingüístico está constituido por el significado y el significante siendo el primero el concepto o la idea y el segundo la imagen acústica, es decir la sucesión lineal de sonidos que enunciamos.
Ilustración: Giuliana Bruna.
Bibliografía:
Fabían, Casas. Horla City y otros. El Salmón, Vida en Común. Grupo editorial Planeta 2010. Buenos Aires, Argentina. Página 48.
Oliverio, Girondo. Obra. Poesía y prosa. En la Masmédula, Mito. Losada 2012. Buenos Aires, Argentina. Página 456.
Leónidas, Lamborghini. El jugador, el juego. Nightmares, Nightmare (2). Adriana Hidalgo editora 2007. Buenos Aires, Argentina. Página 73.
Alejandra, Pizarnik. Poesía Completa. La tierra más lejana, Ser incoloro. Lumen 2012. Buenos Aires, Argentina. Página 16.
Victor Shlovsky. Teoría de la literatura de los formalistas rusos. El arte como artificio. Copilador Todorov-Tzvetan. Editorial Siglo XXI 1965. Página 55.
Mateo Porta. https://flacoydesgarbado.wordpress.com/